El pasado 21 de Abril tuve el privilegio de dirigir el estreno en España del Requiem del compositor irlandés Karl Jenkins. Y digo privilegio porque estrenar una obra ante el público es una experiencia vital importante con todo lo que conlleva de responsabilidad y respeto hacia el creador de la misma. Es importante no olvidar quién es el auténtico protagonista de un estreno: la música. Una música que, además, se interpreta por primera vez en un determinado ámbito, se convierte automáticamente en la primera y única referencia para posteriores interpretaciones. Conviene, por tanto, ser cuidadosos y más que nunca respetuosos con el texto musical, para no pervertir desde el comienzo el mensaje musical originario.
El estreno tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao y compartimos escenario cerca de 200 músicos. Los intérpretes: la Joven Orquesta de Leioa (JOL), Kantika Korala, S. Juan Bautista Abesbatza. Todo estaba preparado para que fuera una fiesta musical y visual, con una iluminación cuidada y una puesta en escena que resultara atractiva y coherente con la música de Jenkins.
Con el aforo completo (2200 localidades), el ambiente que se pudo respirar durante todo el concierto fue de auténtica simbiosis entre música, texto, movimientos, luces, colores... Creo que lo conseguimos y nos llena a todos de satisfacción haber llevado a buen puerto un proyecto tan ambicioso desde todos los puntos de vista.
Respecto a propio texto musical de Jenkins, debo confesar que, si bien no se trata de una obra maestra de arquitectura sonora ni realiza logros o innovaciones relevantes (tampoco aporta nada especial a la estética de vanguardia), no deja de resultar agradable de escuchar, por fresca e inocente en algunos movimientos y por el tratamiento de interculturalidad y mestizaje que resulta de la alternancia de números del requiem latino tradicional y los "haiku" japoneses. Más allá de valoraciones sesudas respecto a la música en sí misma, de lo que no cabe duda es de que es una música directa, que llega a todos y que emociona en muchos momentos de gran inspiración.
Yo disfruté de este Requiem dirigiendolo, estudiándolo, compartiéndolo con todos y, sobre todo, con la ilusión mostrada por los intérpretes y el entusiasmo del público presente en el estreno. Gracias a todos.
www.youtube.com/watch?v=3KubGEbyLQ4
www.youtube.com/watch?v=aH6kWRpgcYc&feature=related
El estreno tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbao y compartimos escenario cerca de 200 músicos. Los intérpretes: la Joven Orquesta de Leioa (JOL), Kantika Korala, S. Juan Bautista Abesbatza. Todo estaba preparado para que fuera una fiesta musical y visual, con una iluminación cuidada y una puesta en escena que resultara atractiva y coherente con la música de Jenkins.
Con el aforo completo (2200 localidades), el ambiente que se pudo respirar durante todo el concierto fue de auténtica simbiosis entre música, texto, movimientos, luces, colores... Creo que lo conseguimos y nos llena a todos de satisfacción haber llevado a buen puerto un proyecto tan ambicioso desde todos los puntos de vista.
Respecto a propio texto musical de Jenkins, debo confesar que, si bien no se trata de una obra maestra de arquitectura sonora ni realiza logros o innovaciones relevantes (tampoco aporta nada especial a la estética de vanguardia), no deja de resultar agradable de escuchar, por fresca e inocente en algunos movimientos y por el tratamiento de interculturalidad y mestizaje que resulta de la alternancia de números del requiem latino tradicional y los "haiku" japoneses. Más allá de valoraciones sesudas respecto a la música en sí misma, de lo que no cabe duda es de que es una música directa, que llega a todos y que emociona en muchos momentos de gran inspiración.
Yo disfruté de este Requiem dirigiendolo, estudiándolo, compartiéndolo con todos y, sobre todo, con la ilusión mostrada por los intérpretes y el entusiasmo del público presente en el estreno. Gracias a todos.
www.youtube.com/watch?v=3KubGEbyLQ4
www.youtube.com/watch?v=aH6kWRpgcYc&feature=related
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