Volver a este blog después de 11 años y revisitar lo que escribí en plena efervescencia de mi curiosidad por las posibilidades de las nuevas tecnologías me llena de nostalgia y me sonrío. Recuerdo que pensé mantener este blog bien alimentado con grandes ideas, interesantes entradas semanales con las que comunicarme con... con ¿quién?. Pues ni yo lo sé. Después del entusiasmo de las primeras publicaciones, el interés fue decayendo. Visto desde la distancia, dos son los motivos para abandonarlo definitivamente. Por un lado, falta de tiempo. Mantener vivo un blog, o cualquier red social, precisa de tiempo y energía, cosas ambas que nunca me han sobrado, especialmente el tiempo. Pero esta razón no parece ser suficiente porque he seguido manteniendo Facebook más o menos al día, aunque lo consulto una vez a la semana o cada dos semanas. ¿Por qué facebook sí y el blog, no? Pues aquí viene el segundo motivo de este abandono durante 11 años de mi actividad bloguera: no recibía feedback direct
La verdad es que he tenido un poco abandonado el blog los últimos meses y me he prometido enmendarme. En realidad son muchas las veces que me gustaría escribir y muchos los temas sobre los que hacerlo, pero escribir lleva tiempo y el tiempo es , precisamente, un bien escaso en los tiempos que corren. Ya lo decía Joan Manuel Serrat: "...nos bebemos la vida de un sorbo..." (generalmente, sin tiempo para saborearlo). Una de las cosas buenas de las vacaciones (aunque sean breves) es disponer de un poco de tiempo para hacer algunas cosas casi imposibles durante el periodo laboral. Por ejemplo, leer. Es una de mis pasiones sacrificadas (como otras muchas, dicho sea de paso). Pero en las últimas semanas le he puesto algo de remedio y me he aventurado con 3 libros, dispares entre sí, pero absolutamente fascinantes. Dos de ellos, sin conexión aparente con la música, son los que más me han hecho disfrutar y me gustaría compartirlos con todo el que quiera en este blog. El primero ha